Recupero su mundo al instante. Ayudo a degollar un chivo que se resistía a morir. Le saco los ojos y le corto los criadillas, que eran las partes que mas le gustaban. Juego al diabolo con los adultos en la cocina y con los niños en el patio, y les gano a todos.
El amor y otros demonios. Gabriel García Màrquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario